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No todos los libros tienen que marcarte

No todos los libros tienen que marcarte Últimamente, parece que si un libro no te revienta la cabeza, no sirve. Todo el mundo habla de “esa novela que me...

Pleb Davis

Pleb Davis

03 JUL 2025 - 08:33 CEST

No todos los libros tienen que marcarte

No todos los libros tienen que marcarte

Últimamente, parece que si un libro no te revienta la cabeza, no sirve. Todo el mundo habla de “esa novela que me cambió para siempre”, “ese ensayo que me abrió los ojos”. Como si leer fuese siempre una experiencia transformadora, casi espiritual. Y oye, a veces lo es. Pero otras veces no. Y no pasa nada.

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Hay libros que están bien. No te curan la ansiedad, no te enseñan a vivir , no te marcan una epoca. Solo te acompañan un rato, y eso ya es suficiente. Un par de tardes entretenidas, una historia interesante y unos personajes que no son de cartón piedra. ¿Eso es poco? Para nada. Es justo lo que uno necesita muchas veces. Me he leído libros que al día siguiente ya no recuerdo. No porque sean malos, sino porque no todos los libros tienen que quedarse a vivir en tu cabeza. Algunos solo hacen una visita rápida. Y en el fondo, es bonito eso también. No todo tiene que ser eterno.

Estoy un poco cansado de que todo tenga que ser lo mejor que he leído este año, imprescindible, una joya literaria. A veces me apetece un libro “normal”. Que no me provoque una crisis existencial. Que no me exija estar emocionalmente disponible. Que no tenga giros de guion espectaculares ni una estructura narrativa “arriesgada”. Uno que avance y termine.

Leer libros normales también está bien. Y recomendar libros que están “bien sin más” debería ser algo aceptado. No todos los libros tienen que cambiarte. A veces con que no te aburran y te entretengan ya hacen bastante.

Un buen libro o normal no tiene por qué tener:

  • 500 páginas y una estructura narrativa innovadora
  • Premios literarios o críticas brillantes
  • Una historia desgarradora o superprofunda
  • Un mensaje moral transformador
  • Una narrativa poética y densa

A veces, un libro amable, claro y sencillo es justo lo que el cuerpo y la mente necesitan. >Algo liviano que nos haga pasar el rato y desconectar un ratito.

Libros "normales" que me hicieron pasar un buen rato

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  • El misterio de la casa verde – entretenido, con personajes majos y sin dramas innecesarios.
  • Un verano cualquiera – no cambia tu vida, pero te hace sonreír.
  • Café solo y libros flojitos – ideal para domingos sin ganas de pensar mucho.

Por qué leer libros “normales” también es bueno para ti

Leer algo ligero o que no sea “profundo” puede ser justo lo que necesitas para desconectar y reducir el estrés. Estos libros actúan como un descanso mental, un respiro para la mente, similar a cómo nos gusta ver películas o escuchar música relajante.

Además, estos libros pueden alimentar la creatividad de manera diferente, sin la presión de “analizar” o “interpretar” cada palabra. Son un espacio donde la imaginación puede fluir libremente sin complicaciones.

Conclusión

Últimamente he estado pensando mucho en esa presión absurda que nos ponemos para “exprimir” cada libro. Como si cada vez que abrimos uno, tuviéramos que descubrir un secreto oculto del universo, o salir con una epifanía que cambie nuestra vida para siempre.

Pero, ¿y si simplemente queremos desconectar? ¿Si lo que necesitamos no es una lección de vida sino un rato agradable? Leer no tiene que ser una prueba ni un reto intelectual. No todos los libros tienen que dejarte con lágrimas en los ojos, o con la sensación de que “tu mundo ha cambiado”. Está bien leer para entretenerse, para pasar el rato, para descansar la cabeza. A veces, el mejor libro es ese que no te exige nada.

Pensémoslo así: la lectura es un menú con mil platos. No siempre vas a querer un banquete gourmet. A veces un bocadillo simple y sabroso es justo lo que te apetece. Y no pasa nada si no recuerdas todos los ingredientes al día siguiente. Y otra cosa: la literatura “normal” también es un refugio. Un espacio sin expectativas, sin complejidades ni exigencias. Es la versión literaria del sofá cómodo y la peli sin pretensiones. No todos los momentos son para complicarse la vida.

Además, ¿quién dice que un libro que no te marca profundamente no puede tener su valor? Porque acompañarte, hacerte sonreír o simplemente entretenerte ya es un regalo enorme. Que no te cambie la vida no significa que no te la haya hecho mejor por un rato.

Creo que deberíamos ser más amables con nuestras lecturas, dejar de castigarnos por no leer “lo que deberíamos” y disfrutar sin presión. Leer es un placer, no una competición. ¿Y sabes qué? A veces un libro “normal” es justo lo que necesitas para recargar pilas y volver a enfrentar lo que venga con ganas. Así que si alguna vez sientes que un libro no te ha “transformado”, tranquilo, no eres el raro. Solo estabas pasando un buen rato. Y eso también está bien.

Al final, la lectura debe ser un placer libre de reglas y expectativas. Lee lo que te apetezca, cuando te apetezca, sin compararte ni exigirte nada más que disfrutar. La literatura es un espacio personal y único para cada uno, y eso es lo que la hace mágica.

¿Y tú? ¿Cuándo fue la última vez que leíste un libro “solo para estar”?

Pleb Davis

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